La Unión Europea ha promulgado una nueva legislación que responsabiliza a las empresas de redes sociales por el fraude financiero cometido a través de sus plataformas. Esto representa una escalada significativa en la supervisión regulatoria de la UE sobre las Big Tech, que se extiende más allá de medidas anteriores como la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA). La ley apunta a plataformas como Meta y TikTok, obligándolas a abordar la creciente ola de estafas facilitadas por sus servicios.
Las nuevas reglas: responsabilidad e indemnización
Según las nuevas regulaciones, las empresas de redes sociales serán financieramente responsables de compensar a los bancos cuando los usuarios sean defraudados mediante estafas que permanecen activas en sus plataformas a pesar de haber sido denunciadas. Los bancos también deberán reembolsar a las víctimas en casos específicos: cuando los estafadores se hagan pasar por el propio banco o cuando las transacciones fraudulentas eludan el consentimiento del cliente. Este compromiso refleja un intenso debate sobre la responsabilidad compartida entre plataformas e instituciones financieras. Algunos legisladores inicialmente argumentaron que ambas partes tienen la misma culpa, dado que las plataformas albergan estafas mientras los bancos procesan las transacciones.
El cambio de postura de la UE se debe al hecho de que las redes sociales se han convertido en un vector principal de delitos financieros. En estas plataformas han proliferado estafas de inversión, esquemas de suplantación de identidad y anuncios engañosos, explotando a los usuarios a gran escala.
Rechazos y preocupaciones
La ley ya ha generado críticas. El expresidente estadounidense Donald Trump acusó a la UE de “discriminar” a las empresas estadounidenses, enmarcando la aplicación de la ley como un ataque a la innovación estadounidense. El sector tecnológico se ha resistido durante mucho tiempo a una regulación más estricta y ha presionado ampliamente en Washington para contrarrestar la agenda de la UE. Estas multas pueden ser cuantiosas, y las empresas tecnológicas temen que el enfoque de la UE ahogue su crecimiento.
Por qué esto es importante
La medida de la UE refleja una tendencia más amplia de mayor escrutinio sobre el papel de las grandes tecnologías a la hora de permitir actividades ilegales. Durante años, las plataformas han mantenido protecciones legales al afirmar que son meros intermediarios, no responsables de las acciones de sus usuarios. Esta legislación cuestiona esa postura, afirmando que las plataformas tienen el deber de prevenir de manera proactiva el fraude financiero.
La acción de la UE sienta un precedente para otras jurisdicciones, lo que podría obligar a las empresas de redes sociales a invertir más en moderación de contenidos y detección de fraude. También plantea dudas sobre si se adoptarán medidas similares en otros lugares, incluido Estados Unidos.
Las nuevas reglas indican que la presión regulatoria sobre los gigantes tecnológicos se está intensificando y que su práctica de larga data de eludir la responsabilidad puede estar llegando a su fin.
