Las empresas de IA abandonan “AGI”: el cambio de marca de la superinteligencia

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La obsesión de la industria tecnológica por definir y perseguir la “Inteligencia General Artificial” (AGI) está colapsando silenciosamente. Los directores ejecutivos, que alguna vez estuvieron ansiosos por proclamar la AGI como el objetivo final, ahora están evitando activamente el término, reemplazándolo con una confusa variedad de etiquetas patentadas. Esto no es un cambio de ambición, sino un reconocimiento de que el término original se ha vuelto mal definido y políticamente tóxico.

El problema con el AGI

Durante años, AGI representó una IA que iguala o supera la inteligencia humana. Sin embargo, cuanto más avanzada se vuelve la IA, menos significativa es esta definición. Como dijo Jeff Dean de Google: “Mucha gente tiene definiciones muy diferentes del problema, y ​​la dificultad del problema varía en factores de un billón”. La ambigüedad crea problemas prácticos: Microsoft y OpenAI tuvieron que reescribir su contrato para incluir un “panel de expertos independientes” para verificar cualquier reclamo de AGI. Evitar el término por completo es simplemente más fácil.

Una cornucopia de nuevas etiquetas

En lugar de AGI, las empresas están impulsando su propia marca. Meta cambió el nombre de sus esfuerzos a “Superinteligencia personal” (PSI), Microsoft adoptó la “Superinteligencia humanista” (HSI), Amazon persigue la “Inteligencia general útil” (UGI) y Anthropic se centra en la “Potente IA”. Este cambio de marca no es cosmético; refleja una retirada estratégica del miedo público y la ambigüedad contractual.

¿Por qué el cambio?

La etiqueta AGI llevaba consigo un equipaje: años de temor existencial, escenarios apocalípticos y la implicación de que la IA podría superar rápidamente el control humano. Las empresas se dieron cuenta de que promocionar la “superinteligencia” y al mismo tiempo reconocer sus riesgos no inspiraba confianza a los inversores. Al cambiar de marca, evitan estos temores y al mismo tiempo persiguen los mismos objetivos subyacentes.

El futuro de la terminología

La industria ahora tiene una vertiginosa variedad de términos, incluyendo “Superinteligencia Artificial” (ASI) y varias definiciones patentadas. La carrera para definir el potencial de la IA ha comenzado, pero esta vez la atención se centra en el marketing más que en el rigor científico. El cambio de nombre de AGI es una señal clara de que la búsqueda de la superinteligencia continuará, sólo que bajo un nombre menos controvertido.

El sector tecnológico ha avanzado silenciosamente, cambiando la exageración por el pragmatismo. El cambio de marca de AGI es un alejamiento de las advertencias existenciales y hacia un futuro en el que las capacidades de la IA se venden como herramientas, no como amenazas.