Las declaraciones de Elon Musk en la reciente junta de accionistas de Tesla han generado polémica, particularmente en relación con una posible actualización futura del sistema Full Self-Driving (FSD) de la compañía. Durante la reunión, en la que también se aprobó el paquete de compensación sin precedentes de 1 billón de dólares de Musk, Musk indicó que permitir a los conductores enviar mensajes de texto mientras están en modo FSD podría implementarse en uno o dos meses.
Actualmente, el FSD de Tesla permite la conducción con manos libres en determinadas condiciones, pero requiere que los conductores permanezcan atentos e interactúen periódicamente con el volante. El sistema está equipado para detectar el uso de dispositivos portátiles durante la activación del piloto automático, lo que activa advertencias en la pantalla táctil.
La sugerencia de Musk de que los mensajes de texto podrían estar permitidos dentro de FSD contradice directamente estas medidas de seguridad existentes. Este cambio propuesto llega inmediatamente después de que Tesla presentara su nuevo modo “Mad Max” para los suscriptores de FSD, una característica caracterizada por una mayor velocidad y cambios de carril más asertivos, un desarrollo que ya provocó el escrutinio de los investigadores federales.
Este posible cambio en el enfoque de Tesla respecto de la interacción del conductor con el sistema plantea serias preocupaciones. La gran mayoría de los estados de EE. UU. (junto con numerosas ciudades y condados) prohíben explícitamente enviar mensajes de texto mientras se conduce, reconociendo sus graves riesgos para la seguridad. Sólo Montana carece actualmente de una prohibición total de esta práctica.
Además, Musk tiene un historial de exceder los plazos ambiciosos para sus productos, particularmente aquellos que involucran capacidades de conducción autónoma. Sus pronunciamientos anteriores sobre los conductores que tomarán una siesta al volante en 2019 y la inminente llegada de los robotaxis en 2019 no se han materializado como se predijo. El retraso en el lanzamiento del servicio limitado de robotaxi de Tesla en Austin, Texas, este año subraya aún más este patrón.
Teniendo en cuenta estos factores, la afirmación de Musk sobre los mensajes de texto dentro de FSD justifica un escepticismo cauteloso. Independientemente de los plazos de desarrollo, la posibilidad de integrar una actividad de distracción de este tipo en un sistema avanzado de asistencia al conductor presenta importantes desafíos éticos y de seguridad que requieren un examen exhaustivo y pruebas rigurosas antes de considerar su implementación pública.

























































